El agua entra en la mayoría de las plantas por las
raíces, especialmente por los pelos radicales, situados unos milímetros por
encima de la cofia o caliptra. Estos pelos, largos y delgados poseen una
elevada relación superficie/volumen y, pueden introducirse a través de los
poros del suelo de muy pequeño diámetro. Los pelos absorbentes incrementan de
esta manera la superficie de contacto entre la raíz y el suelo.
Desde
los pelos radicales, el agua se mueve a través de la corteza, la endodermis (la
capa más interna de la corteza) y el periciclo, hasta penetrar en el xilema
primario. Este movimiento estará causado por la diferencia de Y entre la
corteza de la raíz y el xilema de su cilindro vascular, y el camino
seguido estará determinado por las resistencias que los caminos alternativos
pongan a su paso.
Hay
que distinguir dos caminos alternativos : el simplasto (conjunto de
protoplastos interconectados mediante plasmodesmos) y el apoplasto
(espacio libre aparente; formado por los espacios libres de la pared celular,
los espacios intercelulares y los espacios en el xilema).
En general, se
considera que el apoplasto está formado por el espacio libre
aparente en la planta y presenta una menor resistencia al paso de agua que el
simplasto, en el que abundan lípidos, sustancias hidrófobas, orgánulos y
partículas que aumentan la viscosidad del medio.
El camino que siguen el agua y los
solutos. en la planta puede ser apoplástico o simplástico, o una combinación de
ambos. Pero se piensa que el agua discurre en la raíz mayoritariamente por el
apoplasto mojando paredes celulares y espacios intercelulares.
La endodermis es la capa más interna
de la corteza y se caracteriza porque sus células se disponen de forma compacta
no dejando espacios intercelulares y, por la presencia de la banda de Caspary
(depósitos de suberina) en sus paredes celulares anticlinales y radiales.
Debido a la
presencia de la banda de Caspary la vía apoplástica en la endodermis
presenta una resistencia muy alta, y el flujo de agua a través de estas paredes
es prácticamente nulo. La suberificación de la endodermis bloquea la vía
apoplástica, y en este punto el agua es forzada a atravesar las membranas
citoplasmáticas y los protoplastos de las células endodérmicas, que representa
una resistencia de cierta magnitud, pero mucho menor a la resistencia de las
paredes.
Una vez superada la endodermis, el agua
vuelve a encontrar menor resistencia en la vía apoplástica y así se
conducirá hasta llegar a los vasos de xilema para así llevar el agua
hasta la parte superior de la planta.
Como ya se mencionó anteriormente, la molécula de agua es una molécula bi polar. Una molécula de agua está unida a otra por puentes de hidrógeno.
Estos puentes hacen posible que las moléculas de
agua se mantengan fuertemente unidas entre sí. A esta propiedad de la molécula
de agua se le conoce como cohesión. La molécula de agua también tiene afinidad
con otros materiales como el vidrio y la celulosa. A esta propiedad se le
conoce como adhesión.
Debido a los puentes de hidrógeno, una
columna de agua resiste la separación: esta resistencia o fuerza es
inversamente proporcional al diámetro de la columna. Por lo tanto, las plantas
deben tener tubos delgados. De esta forma, la columna se mantiene si el tubo es
delgado, porque la cohesión disminuye a medida que el diámetro del tubo
aumenta.
El movimiento de un líquido a lo largo
de una superficie como resultado de cohesión y adhesión, es la capilaridad.
Este mecanismo explica el transporte de agua desde las raíces, a lo largo del
tallo, hasta las hojas utilizando la fuerza motriz de la transpiración.
A medida que el agua se evapora, disminuye
el Y de las paredes evaporantes, estableciéndose así una diferencia de
potencial hídrico entre estas paredes y las que se sitúan un poco por detrás en
el camino descrito, lo que genera un desplazamiento del agua hacia las
superficies evaporantes, y la caída del Y se transmite al mesófilo y luego a
las terminaciones del xilema foliar.
A favor de este gradiente de Y, el agua
sale del interior de los elementos xilemáticos, generando en ellos
una presión negativa o tensión que, se transmite a lo largo del
xilema, provocando el ascenso de la columna de agua, y provocando la caída del
Y en el xilema de la raíz.
Es así como, mientras haya
transpiración el Y de la raíz se mantendrá más bajo que en el suelo y la
absorción de agua se producirá espontáneamente. Además, es físicamente
imprescindible que la columna de agua se mantenga continua, para que la tensión
del xilema se transmita hasta la raíz. La columna de agua se mantiene unida
gracias a las potentes fuerzas de cohesión que atraen entre sí a las moléculas
de agua.
Por otra parte las fuerzas de adhesión
de las moléculas de agua a las paredes de las traqueidas y los vasos son tan
importantes, como la cohesión y la tensión, para el ascenso del agua
A pesar de las fuerzas de cohesión de las moléculas
de agua, las columnas de agua se pueden romper (cavitar), esto es debido a
que los gases disueltos en el agua, bajo tensiones extremas tienden a
escapar formando burbujas. Las burbujas pueden interrumpir la columna líquida y
bloquear la conducción (embolia).
Existen dos tipos de transporte de agua: el
transporte pasivo, que se va por la vía del Apoplasto, y el transporte activo,
que viaja por la vía del simplasto. Cuando el agua va de célula a célula, lo
hace utilizando la fuerza que da la diferencia de potenciales hídricos
entre célula y célula. Cuando viaja por la vía del apoplasto lo hace
gracias a la fuerza motriz de la transpiración.
El transporte pasivo es mucho más rápido, el activo es muy lento, el
pasivo transporta mucha mayor cantidad de agua y el activo transporta menos. El
pasivo es discontinuo, intermitente y el activo es constante.
Transpiración
Definición. Se
entiende por transpiración la pérdida de agua, en forma de vapor, a través de
las distintas partes de la planta, si bien se realiza fundamentalmente por las
hojas.
La
transpiración está íntimamente relacionada con una función de vital importancia
para el crecimiento de las plantas, la fotosíntesis. La absorción de dióxido de
carbono para la fotosíntesis y la pérdida de agua por transpiración están
inseparablemente enlazadas en la vida de las plantas verdes.
El
agua entra en la planta por la raíz y es despedida en grandes cantidades por la
hoja. El camino general que sigue el agua en su ascenso ha sido claramente
identificado, y puede evidenciarse con un sencillo experimento en el que se
coloca un tallo cortado en una solución de colorante (preferiblemente el tallo
se corta bajo el agua para evitar la entrada de aire en los conductos
xilemáticos).
El colorante
delinea de forma bastante clara los elementos conductores del xilema hasta las
últimas terminaciones foliares.
Una
vez alcanzado el xilema de la raíz, el agua con iones y moléculas disueltas
asciende por los lúmenes de tráqueas y traqueidas, y se distribuye por ramas y
hojas hasta las últimas terminaciones de xilema inmersas en el tejido foliar.
El
xilema es un tejido especialmente adaptado para el transporte ascendente del
agua a lo largo de la planta, ya que además de recorrerla en toda su longitud,
sus elementos conductores, dispuestos en hileras longitudinales, carecen de
protoplasma vivo en su madurez; de esta forma los elementos se convierten en
los sucesivos tramos de conductos más o menos continuos por los que el agua
circula como en una tubería de una casa.
Los
elementos conductores que componen el xilema son las traqueidas, que poseen punteaduras en sus paredes, y los elementos de los vasos, que están separados entre sí por
perforaciones, los elementos de los vasos se disponen uno detrás de otro
formando los vasos.
Las
punteaduras oponen mayor resistencia al agua que asciende, que las
perforaciones de las tráqueas. Por lo que el flujo de agua es mayor en los
vasos, y aumenta con el diámetro y la longitud de los elementos conductores.
Las paredes de los elementos de los vasos y traqueidas son superficies que
atraen el agua de forma muy efectiva.
En condiciones de
transpiración intensa el agua en el xilema está bajo tensión, es decir,
sometida a una presión negativa. El efecto de vacío causado por la tensión
tendería a colapsar los conductos de xilema. Sin embargo, las paredes
secundarias, gruesas y lignificadas, de las tráqueas y traqueidas resisten la
tensión.
El mecanismo de la cohesión-tenso-transpiración,
o transpiración tirón.
Para poder entender el
origen de la tensión que se genera en el xilema, es preciso tener en cuenta que
desde las últimas terminaciones xilemáticas de las hojas, el agua sigue su
camino hacia el exterior, a través del parénquima hasta alcanzar las paredes
celulares que limitan los espacios intercelulares del mesófilo, para entonces
evaporarse y entrar en la fase de transpiración.
A medida que el agua se
evapora, disminuye el Y de las paredes evaporantes, estableciéndose así una
diferencia de potencial hídrico entre estas paredes y las que se sitúan un poco
por detrás en el camino descrito, lo que genera un desplazamiento del agua
hacia las superficies evaporantes, y la caída del Y se transmite al mesófilo y
luego a las terminaciones del xilema foliar.
A favor de este gradiente
de Y, el agua sale del interior de los elementos xilemáticos, generando en
ellos una presión negativa o tensión que, se transmite a lo largo del
xilema, provocando el ascenso de la columna de agua, y provocando la caída del
Y en el xilema de la raíz.
Es así como, mientras haya
transpiración el Y de la raíz se mantendrá más bajo que en el suelo y la
entrada de agua a la planta se producirá espontáneamente. Además, es
físicamente imprescindible que la columna de agua se mantenga continua, para
que la tensión del xilema se transmita hasta la raíz.
La columna de agua se
mantiene unida gracias a las potentes fuerzas de cohesión que atraen entre sí a
las moléculas de agua. Por otra parte las fuerzas de adhesión de las moléculas
de agua a las paredes de las traqueidas y los vasos son tan importantes, como
la cohesión y la tensión, para el ascenso del agua.
Debido a que el ascenso
del agua en la planta, fundamentalmente, se explica sobre la base de la tensión
que se genera en el xilema, y a las fuerzas de cohesión y adhesión de las
moléculas de agua, el modelo adoptado se conoce como mecanismo de la
coheso-tenso-transpiración.
Las columnas de agua
se pueden romper (cavitación y embolia). A
pesar de las fuerzas de cohesión de las moléculas de agua, las columnas de agua
se pueden romper (cavitar), esto es
debido a que los gases disueltos en el agua, bajo tensiones extremas tienden
a escapar formando burbujas. Las burbujas pueden interrumpir la columna
líquida y bloquear la conducción (embolia).
El agua del vaso bloqueado
puede moverse entonces lateralmente hacia otro vaso contiguo y continuar así su
camino. Los gases de la burbuja pueden redisolverse si aumenta la presión en el
xilema, bien por disminución de la tensión, bien por presión radical (durante
la noche). Causas: Déficit hídrico asociado a altas tasas de transpiración y
altas tensiones xilemáticas. La congelación del xilema en invierno y su
descongelación posterior puede producir burbujas. La acción de patógenos (Ceratocystis ulmi).
Mecanismo de la transpiración. Como ya se ha visto, el movimiento del agua en el sistema suelo-planta-atmósfera obedece a diferencias de potencial. Es decir: Ysuelo > Yplanta > Yatmósfera Considerando por separado los distintos tramos dentro de la planta el gradiente de potencial hídrico será:
Ysuelo > |
Yxilema
raíz>
|
Yxilema
tallo>
|
Y hoja
>
|
Y atmósfera
|
-
0,5 MPa
|
-0,6
MPa
|
-0,8
MPa
|
-0.8
MPa
|
-95
MPa
|
Como puede verse la mayor
diferencia de Y corresponde al último tramo, es decir, al paso del agua de la
hoja a la atmósfera.
El Y atmósfera estará
determinado por: La HR del aire,
que a su vez depende de la temperatura, de modo que las situaciones de
atmósfera cálida y seca determinarán valores de Y atmósfera muy bajos y
elevados flujos transpiratorios.
La velocidad del viento. Las corrientes de
aire se llevan el vapor de agua que rodea la superficie foliar, y hace más
acusado el gradiente de concentración de vapor de agua entre el interior de la
hoja y el aire circundante. Por lo tanto, el viento acelera la evaporación de
las moléculas de agua del interior de la hoja. De todas formas, el factor que
más influye en la transpiración (flujo transpiratorio) es la abertura de los estomas.
El mecanismo del
movimiento estomático. La
capacidad de los estomas de abrirse o cerrarse, se basa en las deformaciones
que pueden experimentar las células oclusivas de acuerdo con su contenido
hídrico. Como se ve en la figura 6, cada estoma tiene
dos células estomáticas oclusivas. Los movimientos estomáticos están provocados
por los cambios de turgencia de estas células. Cuando las células oclusivas
están turgentes, se arquean, y el orificio se abre. Cuando pierden agua, se
vuelven flácidas y el poro se cierra.
Las células oclusivas
presentan la peculiaridad de que las microfibrillas de celulosa de la pared
están dispuestas radialmente, en forma divergente a partir de la zona que
bordea al ostiolo. Además en esta zona la pared suele estar bastante más
engrosada que en el resto, y por tanto es más rígida y difícilmente deformable.
En situaciones de alto contenido hídrico, la presión de turgencia del
protoplasto tiene efectos diferentes sobre unas y otras áreas de la pared: las
exteriores se curvan en mayor medida que las interiores (aquellas que borden al
ostiolo); por lo que estas paredes interiores se separan y el ostiolo
aumenta su diámetro.
En situaciones de bajo
contenido hídrico, la flacidez de las células oclusivas las lleva a su forma
original y el estoma se cierra. Cabe preguntarse cuál es la causa de los
cambios en el contenido hídrico de las células oclusivas. Para que se produzca
la entrada o salida de agua en las células oclusivas debe generarse una
diferencia de potencial hídrico.
La turgencia, se mantiene
o se pierde mediante la salida o entrada de agua y los movimientos estomáticos
resultan de los cambios en la presión de turgencia de las células oclusivas. La
acumulación de solutos provoca un movimiento de agua hacia el
interior de las células oclusivas. Alternativamente, la disminución de la
concentración de solutos en las células oclusivas produce el movimiento del
agua hacia el exterior.
Con las técnicas que
permiten medir la concentración de iones en las células oclusivas, se sabe que
el soluto que más influye en el movimiento osmótico del agua, es el ión potasio (K+). Con el aumento de concentración
de K+, el estoma se abre, y con un descenso, el estoma se cierra.
El potencial hídrico de la
célula oclusiva disminuye debido a que, durante la apertura estomática, se
verifica un aumento muy marcado de la concentración del catión potasio (K+)
dentro de estas células. Como contrapartida, también se produce un aumento de
cargas negativas, concretamente los aniones cloruro (Cl-) y malato. Los iones
K+ y Cl- proceden del exterior de la célula, mientras que el malato se genera
en la célula oclusiva, por disociación del ácido málico derivado de la
hidrólisis del almidón.
El
agua que entra en las células, debido a la caída de su Y, produce un aumento de
la presión de turgencia, que causa su deformación y que se traduce en un
Yp creciente. Cuando el Yp generado llega a compensar la caída anterior
derivada de la disminución del Yo, la entrada de agua cesa. Cuando el estoma se
cierra, el K+ y el Cl- que habían entrado abandonan la célula, y la
concentración de malato disminuye.
La luz estimula la apertura de los estomas,
interviene en los mecanismos activos de membrana que expulsan protones
(H+) hacia fuera de la célula oclusiva, permitiendo la entrada de los iones K+
y Cl-Además, la luz activa la fotosíntesis en las células del mesófilo; de esta
forma se consume CO2 y la concentración de este gas en los espacios
intercelulares y en las células oclusivas se mantiene baja.
El CO2 influye sobre la apertura
estomática en dos formas diferentes: en bajas concentraciones es necesario para
la producción de malato, a partir de los productos de hidrólisis del almidón,
pero las concentraciones elevadas provocan el cierre de los estomas.
En cuanto a la temperatura,
dentro de los intervalos normales (de 10 a 25ºC), ésta no afecta, por lo común,
la apertura o cierre de los estomas. Sin embargo, las temperaturas superiores a
35ºC provocan el cierre estomático en bastantes especies. Un aumento de
temperatura provoca un aumento de la respiración y, por lo tanto, un aumento de
las concentraciones intercelulares de dióxido de carbono.
Numerosas especies de
climas cálidos cierran sus estomas al mediodía, al parecer, por una combinación
de estrés hídrico y el efecto de la temperatura en la concentración de dióxido
de carbono. La apertura estomática se ve afectada además por otros factores.
Uno de ellos es el contenido
hídrico del suelo y de la planta. Si las pérdidas de agua por
transpiración no pueden ser compensadas por la absorción, las células oclusivas
pierden la turgencia y el estoma se cierra. Cuando la cantidad de agua de que
puede disponer la planta llega a unos niveles críticos (que varían según las
especies), los estomas se cierran, limitando, la evaporación del agua restante.
Esto se produce antes de
que la hoja pierda su turgencia y se marchite. La capacidad de una planta para
anticiparse al estrés hídrico depende de la acción de una hormona, el ácido abscísico. Esta
hormona actúa uniéndose a receptores específicos de la membrana plasmática de
las células oclusivas.
El complejo receptor-hormona
desencadena un cambio en la membrana que se traduce en la pérdida del soluto
(K+) de las células oclusivas.
Los estomas no solo responden a factores ambientales sino que también muestran ritmos diarios de apertura y cierre, es decir, muestran ritmos circadianos.
Los estomas no solo responden a factores ambientales sino que también muestran ritmos diarios de apertura y cierre, es decir, muestran ritmos circadianos.
En la mayoría de las
especies, los estomas se cierran, generalmente, por la tarde cuando la
fotosíntesis ya no es posible, y vuelven a abrirse por la mañana, es decir, los
estomas están abiertos durante el día y cerrados por la noche. Pero esto
no ocurre en todas las plantas, una amplia variedad de plantas crasas o
suculentas, como la piña Ananas
comosus, los cactos y numerosas especies de la familia Crasuláceas
(Sedum), entre
otras, abren sus estomas por la noche, cuando las pérdidas de agua por
transpiración son menores.
No solamente la
temperatura desciende por la noche, sino que además la humedad es normalmente
muy superior a la del día. Ambos factores son decisivos para reducir la
transpiración. El metabolismo ácido de las Crasuláceas (CAM) característico de estas plantas tiene una ruta para el flujo
del carbono que no difiere sustancialmente del de las plantas C4.
Por la noche, cuando los
estomas están abiertos, las plantas CAM toman dióxido de carbono y lo
convierten en ácidos orgánicos. Durante el día, con los estomas cerrados, el
dióxido de carbono es liberado de los ácidos orgánicos para ser utilizado en la
fotosíntesis.
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