La importancia del pH en las
soluciones nutritivas es grande, ya que ejerce una influencia considerable en
la solubilidad de varios componentes. Así, el ion férrico (Fe 3+) a
pH 8 precipita como hidróxido férrico Fe (OH) con lo que el hierro deja de ser
asequible a la planta que crece en esa solución y aparecen síntomas de carencia
en ese elemento.
Con valores de pH por
encima de 7, ciertos elementos como Cu, Zn o Mn tampoco son asequibles a la
planta que crece en esa solución. Sin embargo, el problema se resuelve si son
añadidos como sales del agente quelante EDTA. En estas condiciones se mantienen
en solución y, por tanto, son perfectamente asequibles para las plantas. También
pueden utilizarse para mantener el pH de una solución nutritiva cambiadores
iónicos.
Otro aspecto del pH es el
efecto que los iones hidrógeno e hidroxilo tienen sobre las membranas de las
células corticales de la raíz, afectando la absorción activa de iones.
a) Estabilizan
elementos estructurales;
|
b) Neutralizan la
carga eléctrica en un metal, de modo que pueda ser llevado por fases lípidas,
en concentraciones altas, que no se podrían alcanzar de otro modo;
|
c) Ayudan a controlar
la reactividad del ion;
|
d) Por su
estabilidad contribuyen para acumular el ion.
|
Otro aspecto importante a considerar
en las soluciones nutritivas es su potencial osmótico. Cuanto mayor sea la
concentración de solutos menor será el potencial hídrico del agua en la que
están disueltos; esto quiere decir que la tendencia del agua a difundir
disminuye por la presencia de solutos. Los potenciales osmóticos más corrientes
de plantas que crecen en medios no salinos oscilan entre -10 y -20 bares; mientras
que los potenciales osmóticos de las soluciones nutritivas oscilan entre -0,5 y
–l.0 bar.
Los potenciales osmóticos de las
soluciones del suelo en áreas no salinas y bajo condiciones de suministro
adecuado de agua, raramente son inferiores a -2 bares. Por tanto, y teniendo en
cuenta que el movimiento del agua entre dos soluciones siempre es en el sentido
de mayor a menor potencial hídrico, los potenciales osmóticos de las soluciones
nutritivas en condiciones normales no suponen un obstáculo a la entrada del
agua en las plantas.
El
término elemento esencial mineral (o nutriente mineral) fue propuesto por Arnon
y Stout en 1939. Estos autores concluyeron que para que un elemento sea
considerado como esencial debe cumplir con lo siguiente:
1.-
El elemento es necesario para el óptimo crecimiento y desarrollo de la planta y
su ausencia o deficiencia en el suelo provoca en la planta un síntoma
característico.
2.- El elemento en la planta no puede ser substituido por ningún otro elemento.
3.- El elemento debe estar directamente involucrado en el metabolismo de la planta.
2.- El elemento en la planta no puede ser substituido por ningún otro elemento.
3.- El elemento debe estar directamente involucrado en el metabolismo de la planta.
Los
elementos esenciales son: carbono, hidrógeno y oxígeno que provienen del aire y
del agua del suelo. Además de: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, azufre,
magnesio, fierro, cobre, zinc, manganeso, molibdeno y boro que son
suministrados a la planta a partir de las reservas del suelo o mediante la
aplicación de abonos y fertilizantes.
Muchas
especies han demostrado que les resulta benéfica la presencia de cloro,
cobalto, silicio, sodio, níquel, aluminio, iodo y posiblemente vanadio, pero
estos no se consideran nutrientes esenciales.
CLASIFICACION DE LOS ELEMENTOS
En
una clasificación de los nutrientes un tanto arbitraria (figura 3), el
nitrógeno, fósforo y potasio considerados como macronutrientes, se les denomina
nutrientes primarios, mientras que el magnesio, calcio y azufre también
macronutrientes, se les llama nutrientes secundarios.
Son considerados
como macronutrientes porque se acumulan en la planta en cantidades
considerables. El fierro, cobre, zinc, manganeso, molibdeno y boro se
encuentran en la planta en cantidades mucho menores que los macronutrientes y
se les conoce como micronutrientes u oligoelementos. Esta difundida
clasificación de los nutrientes según su abundancia en la planta tiene una
validez relativa ya que no son pocos los casos en los cuales algunos
macronutrientes pueden encontrarse en cantidades menores que ciertos
micronutrientes.
Los nutrientes de la solución del suelo provienen de muchas fuentes,
tales como disolución de los materiales primarios, descomposición de la materia
orgánica, aplicación de fertilizantes, etc,. Una vez que está en solución, un
nutriente puede sufrir muchas y variadas reacciones.
Los elementos químicos que actúan como nutrientes forman parte de
biomoléculas estructurales o reguladoras, o actúan como cofactores de enzimas o
en la regulación de los potenciales osmóticos. La acción de los micronutrientes
se ejerce principalmente en la catálisis enzimática, ya sea como cofactores o
como componentes de enzimas.
Los elementos químicos esenciales para la
planta son 17: carbono, hidrógeno, oxigeno, nitrógeno, fósforo, azufre, calcio,
potasio, magnesio, hierro, zinc, manganeso, cloro, cobre, boro, níquel y
molibdeno. Uno de estos elementos, el nitrógeno aunque absorbido del suelo por
las plantas, procede en última instancia del nitrógeno atmosférico, pero los
elementos restantes se encuentran y proceden, por tanto, de los minerales que
integran las rocas de la corteza terrestre.
Con pocas excepciones, los elementos químicos esenciales para el desarrollo vegetal parecen ser los mismos en todas las plantas superiores, y muchos de ellos son también necesarios para los demás organismos vivos. En determinados casos existen, sin embargo, algunos elementos que no parecen ser esenciales para aquellos y solo son para otro grupo de seres.
Con pocas excepciones, los elementos químicos esenciales para el desarrollo vegetal parecen ser los mismos en todas las plantas superiores, y muchos de ellos son también necesarios para los demás organismos vivos. En determinados casos existen, sin embargo, algunos elementos que no parecen ser esenciales para aquellos y solo son para otro grupo de seres.
ABSORCION DE LOS NUTRIENTES
Las plantas suelen absorber los nutrientes por las raíces, aunque también
pueden absorber alguna cantidad a través de las hojas si se aplican en solución
(fertilización foliar). Los nutrientes entran a la planta en forma de iones,
partículas ultramicroscópicas que llevan cargas eléctricas. Cuando los iones
tienen cargas eléctricas positivas se llaman cationes; calcio (Ca++), potasio
(K+), amonio (NH4+), magnesio (Mg++). Los iones con cargas
eléctricas negativas se llaman aniones e incluyen; fosfato (H2PO4-
o HPO4=), el nitrato (NO3-) o el sulfato (SO4=).
La mayor parte de la absorción de agua se produce cerca de los meristemos
apicales de las raíces, en los pelos radicales, sin embargo, los nutrientes
entran a la planta en una zona entre la región meristemática y la zona de pelos
radicales. Esta zona se caracteriza por una incipiente diferenciación celular
donde aún no está plenamente diferenciada la endodermis.
Fisiología de la nutrición
La casi totalidad del organismo vegetal se compone de tres elementos:
carbono, hidrógeno y oxígeno. Hemos visto que el primero de ellos procede del
anhídrido carbónico atmosférico, y que el hidrógeno contenido en las sustancias
orgánicas vegetales tiene su origen en el agua absorbida por la raíz, mientras
que el oxígeno procede en parte de esta agua y en parte de los gases
atmosféricos C0
y O
.
Las plantas, sin
embargo, no pueden vivir solamente con el aire y el agua, sino que también
necesitan cierto número de elementos químicos, que por lo general, le son
proporcionados a expensas de las sustancias minerales del suelo y a través del
sistema radicular. Aunque estos elementos constituyen solo una pequeña porción
del peso anhidro de la planta, frecuentemente del orden del 2-10%, no dejan por
ello de ser fundamentales para el bienestar del vegetal, lo que explica sean
considerados como elementos esenciales para la nutrición.
Transporte
y distribución de los nutrientes.
El transporte de nutrientes en la planta puede ser de dos maneras;
transporte de nutrientes larga distancia y transporte de nutrientes corta
distancia.
Transporte larga distancia.- Este tipo de transporte se lleva a cabo a
través del apoplasto, es decir, a través del espacio libre aparente en la
planta.
La pared celular, los espacios intercelulares y los vasos xilemáticos
constituyen el apoplasto (espacio
libre aparente) y es en este conjunto de espacios que los
nutrientes circulan en forma pasiva y libre. La entrada o salida de los iones
depende de un gradiente de difusión, es decir que las sales se van moviendo
según las diferencias de concentración que hay entre un punto y otro.
El movimiento de solutos de bajo peso molecular como son: iones
minerales, ácidos orgánicos y aminoácidos, se lleva a cabo por difusión o por
un flujo de masas y no es restringido por la superficie externa de las raíces
(células de la rizodermis). Los iones van ocupando los espacios en las paredes
celulares y los espacios intercelulares de las células de la corteza. Los iones
van avanzando al interior de la raíz siguiendo un gradiente de concentración,
van siempre de un punto de mayor concentración a otro de menor.
Este movimiento de solutos en la raíz es un proceso no metabólico, es
decir, un proceso pasivo. Al llegar a la endodermis se encuentran con la banda
de Caspary que es impermeable y para poder entrar al citoplasma celular
(simplasto), algunos de ellos deben gastar energía metabólica, constituyendo de
esta manera una absorción activa.
Transporte corta distancia.- Este tipo de transporte de nutrientes en la planta,
ocurre a través de la membrana celular y puede ser un transporte sin gasto
energético, (transporte pasivo) o bien, utilizando energía en forma de ATP
(transporte activo).
La energía que permite la absorción activa procede de la oxidación de
substratos orgánicos a partir de la respiración, por lo que en este tipo de
reacciones es utilizado el oxígeno. La absorción activa promueve un aumento de
la concentración de iones en el citoplasma celular hasta niveles muy superiores
que los del exterior, y esto se debe al gasto energético que realiza la planta,
pues se absorben iones en contra del gradiente de concentración.
En el transporte activo de los iones intervienen unas substancias
específicas llamadas transportadores (carriers)
las cuales se encuentran incrustadas en las membranas de las células.
Existen dos teorías que tratan de explicar la absorción de iones
minerales con el uso de transportadores; la teoría de la bomba de citocromos y
otra en la que se utiliza energía proveniente del ATP. La teoría de la bomba de
citocromos explica la absorción activa de los aniones, la cual es independiente
de la absorción de los cationes. La bomba de citocromos es una cadena de
reacciones de oxido-reducción (pérdida y ganancia de electrones
respectivamente), que transporta el anión desde el exterior y lo deposita en el
interior de la célula.
La segunda teoría explica como los aniones y cationes son tomados por un
fosfolípido, como la lecitina, que por una enzima específica (la lecitinasa) se
hidroliza eliminando los aniones y cationes, que había tomado, hacia el interior
de la célula. Posteriormente la lecitina hidrolizada pasa a lecitina
nuevamente, resintetizándose nuevamente con un gasto de energía proveniente del
ATP.
Para que exista una buena absorción de iones, la raíz debe respirar y
para ello el suelo deberá tener una excelente aireación. Todos los factores que
favorecen la respiración de la planta favorecen en última instancia la
absorción de los iones minerales. La oxigenación del suelo resulta
importantísima en la nutrición y en la fertilización de la planta. Una buena
práctica cultural del suelo garantiza una buena aireación.
Los suelos con arcillas sódicas no tienen una buena estructura y por lo
tanto el oxígeno existente en ellos es pobre. Al agregar calcio a ese tipo de
suelos se produce un mejoramiento de los mismos pues los compuestos del suelo
pueden agregarse y estructurarse de una manera que se permite la formación de
poros y microporos.
Transporte y distribución de los nutrientes
Las sales inorgánicas absorbidas por la raíz en forma de aniones y cationes,
son transportadas por el xilema en forma ascendente junto con el agua. En esta
corriente ascendente del xilema también se produce una difusión lateral
de los nutrientes hacia el floema, que transporta substancias orgánicas. Cuando
los nutrientes llegan a las células de las hojas se combinan con las
substancias orgánicas y se mueven hacia arriba y hacia abajo, a los distintos
órganos de la planta a través del floema.
Algunos iones como el fósforo, el azufre y el nitrógeno pueden combinarse
en la raíz con substancias orgánicas ingresando directamente a los conductos
floemáticos.
La bicapa lipídica de la membrana actúa como una barrera que separa dos
medios acuosos, el medio donde vive la célula y el medio interno celular. Las
células requieren nutrientes del exterior y deben eliminar sustancias de
desecho procedentes del metabolismo y mantener su medio interno estable. La
membrana presenta una permeabilidad selectiva, ya que permite el paso de
pequeñas moléculas, siempre que sean lipófilas, pero regula el paso de
moléculas no lipófilas.
El paso a través de la membrana posee dos modalidades: Una pasiva, sin gasto de energía, y otra activa, con consumo de energía.
El transporte pasivo. Es un proceso de difusión de sustancias a través
de la membrana. Se produce siempre a favor del gradiente, es decir, de donde
hay más hacia el medio donde hay menos. Este transporte puede darse por:
Difusión simple a través de la bicapa. Así entran moléculas lipídicas como las hormonas
esteroideas, anestésicos como el éter y fármacos liposolubles. Y sustancias
apolares como el oxígeno y el nitrógeno atmosférico. Algunas moléculas polares
de muy pequeño tamaño, como el agua, el CO2, el etanol y la glicerina, también
atraviesan la membrana por difusión simple. La difusión del agua recibe el
nombre de ósmosis.
Difusión simple a través de canales. Se realiza mediante las denominadas proteínas de
canal. Así entran iones como el Na+, K+, Ca2+, Cl-. Las proteínas de canal son
proteínas con un orificio o canal interno, cuya apertura está regulada, por
ejemplo por ligando (cofactores), como ocurre con neurotransmisores u hormonas,
que se unen a una determinada región, el receptor de la proteína de canal, que
sufre una transformación estructural que induce la apertura del canal.
Difusión facilitada. Permite el transporte de pequeñas moléculas
polares, como los aminoácidos, monosacáridos, etc, que al no poder, que al no
poder atravesar la bicapa lipídica, requieren que proteínas tras membranosas
faciliten su paso.
Estas proteínas
reciben el nombre de proteínas transportadoras o permeases que, al unirse a la
molécula a transportar sufren un cambio en su estructura que arrastra a dicha
molécula hacia el interior de la célula.
El transporte activo. En este proceso también actúan proteínas de membrana, pero éstas requieren energía, en forma de ATP, para transportar las moléculas al otro lado de la membrana. Se produce cuando el transporte se realiza en contra del gradiente electroquímico. Son ejemplos de transporte activo la bomba de Na/K, y la bomba de Ca.
La bomba de Na+/K+ Requiere una proteína transmembranosa que bombea Na+ hacia el exterior de la membrana y K+ hacia el interior. Esta proteína actúa contra el gradiente gracias a su actividad como ATP-asa, ya que rompe el ATP para obtener la energía necesaria para el transporte.
Por este mecanismo, se
bombea 3 Na+ hacia el exterior y 2 K+ hacia el interior, con la hidrólisis
acoplada de ATP. El transporte activo de Na+ y K+ tiene una gran importancia
fisiológica. De hecho todas las células animales gastan más del 30% del ATP que
producen ( y las células nerviosas más del
70%) para bombear estos iones.
A veces, ciertas dificultades aconsejan introducir algunas modificaciones al preparar las soluciones nutritivas. Las más frecuentes son los llamados cultivos de arena o de grava, Que consisten en la preparación de un medio de soporte inerte formado por arena lavada, grava o material plástico, cuya misión es actuar como soporte de la planta que es periódicamente irrigada con la solución nutritiva, bien vertiéndola sobre su superficie, dejándola gotear sobre su superficie u obligándola a subir desde el fondo del recipiente mediante un sistema de bombeo. De los tres métodos, el primero es el más fácil de manejar pero permite poco control.
El
cultivo por goteo puede regularse de modo que la cantidad de solución que va
entrando sea la misma que la que drena del recipiente. Este método permite un
suministro continuo de líquido nutritivo y un control parcial de la cantidad de
nutrientes que llegan al sistema radicular.
El último Sistema, la
subirrigación, puede ponerse en marcha automáticamente y suministra también un
control parcial de la cantidad de nutrientes que llegan a las raíces de las
plantas. Este sistema es el más conveniente de los tres, pero es el que plantea
más dificultades y es el más caro de los montajes.
Estas
técnicas presentan dos grandes dificultades. En primer lugar no son
aconsejables para estudios de micronutrientes, ya que los soportes inertes
pueden aportar algún contaminante que invalida los resultados.
En segundo término, cuando se quiera obtener raíces para analizarlas, parte del sistema radical puede perderse al tratar de separar lo del soporte sólido. Estas técnicas son particularmente aconsejables para la producción comercial de plantas alimenticias u ornamentales.
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